Elias - Cuando yo y Sophie nos conocimos, no sabíamos que en ese momento y sin querer habíamos encontrado el amor y la pareja de nuestras vidas. Recuerdo los tiempos cuando los grupos juveniles por ahí por el 2013 estaban muy activos. Yo formaba parte de un grupo juvenil llamado Esperanza Latina. Algunos amigos y yo formamos un ministerio dentro de alabanzas del grupo Juvenil llamado Mater Dei (Madre de Dios). En otra parte de la cuidad de Chicago, en la iglesia de Transfiguracion de Nuestro Señor, había un grupo juvenil llamado Caminantes de Emaus. En esa comunidad había un ministerio de música muy bonito llamado Tribeza. Dios, por medio de la música, conectó estos dos ministerios y facilmente broto una muy bonita amistad entre ambos ministerios. Paso algún tiempo hasta que por fin Sophie y yo nos conociéramos. Resultó que el cantante y líder de el ministerio Tribeza, su nombre Miguel Vizcarra (ahora mi cuñado), tenía una hermanita muy parecida a el. Recuerdo la primera vez que llego Sophie a nuestra practica de coro, un domingo por la tarde, ella se presento y dijo, “Mi nombre es Ńińi, ńińińi ńiiiiiiiy.” Y yo con mis bromitas respondí, “Miren todos, es Miguel con peluca 😜!”Después de presentarnos la vi mejor y pues me callo muy bien. Sophie siempre era una niña muy dulce. Aunque siempre muy callada y yo ahí molestándola para que me hablara. El tiempo transcurrió y la música nos conectó. Nos fuimos conociendo más y más, asta que Pum! Kachaplan! Por circunstancias de la vida, Sophie y yo nos acercamos más y nuestra amistad trascendió. Es así como terminamos siendo pareja. Al principio yo tenía un poco de miedo o no se si era confusión, pero en su sonrisa encontré La Paz y en su mirada mi hogar. Cinco años después aun sigo admirándola por su fe, su carisma y su hermosa voz. Sophie- Antes de entrar al gimnasio de la iglesia de San Jerónimo, escuchaba cómo retumbaban las risas sobre las paredes de donde estaba el escenario. Tenía un poco de miedo entrar, pues yo era (y aún puedo ser) un poco tímida y callada. Más no sabia que mientras caminaba para arriba, a la vuelta de la esquina de la escalera, estaría el amor de mi vida. Inmediatamente las risas se callaron cuando entre, escondiéndome detras de mi pelo negro dije “Hola, mi nombre es Sophie” extremamente callada. Las personas que estaban presentes me saludaron para atrás y de la nada escucho, “Miren todos, es Miguel con peluca!” El sonido de las risas retumbaban de nuevo de las paredes y sentí mis mejillas poniéndose rojizos. Elias era la persona más burlona que había conocido en mi vida, y yo no me veía aguantando mucho tiempo en un ambiente así. Mientras pasaba el tiempo, empezó a ocurrir algo muy raro dentro de mi. Elías me empezó a caer bien. Quisiera decir que tomo algunos meses para que eso ocurriera, pero desafortunadamente solamente tomó unas cuantas prácticas con el ministerio para que mi corazón empezara ablandarse. Poco a poco, empece a notar detalles de Elías que anteriormente nunca resaltaban. Su sonrisa, su manera de interactuar con jóvenes en retiros, su manera de contar historias muy apasionadas, los consejos que les dejaba a los demás, su energía contagiosa, y mucho más. Conocí a Elías cuando apenas cumplía 18 años. Ahora que tengo 26 años no puedo explicar con simple palabras lo increíble que a sido tener a Elías en mi vida, primero como un simple amigo y ahora la persona a la que deseo servir todos mis días y querer por el resto de mi vida.