Nos conocimos en Cuenca, la ciudad en donde hemos decidido unir nuestras vidas, aunque ninguno de los dos vive actualmente en la ciudad. Las congregaciones de la ciudad habían pasado por una reestructuración. La congregación de Mica fue disuelta; ella y su familia fueron asignadas a una nueva congregación. A la vez Luis se había mudado hace pocos meses a la ciudad, él y su familia servían en la congregación a la que Mica fue asignada. Los dos eran precursores regulares, y apoyaban los grupos de predicación muy temprano en la mañana, en medio de las conversaciones se conocieron y el cariño empezó a crecer.