Six years ago, Manuel spotted Rosmery on her first day in her new job, clearly lacking a desk to call her own. Like a true gentleman (and possibly hoping to impress), he offered her the seat right behind his. Little did they know that simple act of kindness would kick off something much bigger. Then came the pandemic — and instead of growing apart, they built a life together under one roof. Between pizza experiments, movie marathons, and learning how to work side by side (literally), their bond only grew stronger. Six years, one great adventure, and countless memories later — they’re still choosing each other, every day. And now, they’re choosing forever.

Hace seis años, Manuel vio a Rosmery en su primer día de trabajo, claramente sin un escritorio propio. Como todo un caballero (y quizás con la esperanza de impresionar), le ofreció el asiento justo detrás del suyo. Lo que ninguno de los dos sabía era que ese simple acto de amabilidad daría inicio a algo mucho más grande. Luego llegó la pandemia — y en lugar de distanciarse, construyeron una vida juntos bajo el mismo techo. Entre experimentos horneando pizza, maratones de películas y aprender a trabajar lado a lado (literalmente), su vínculo solo se fortaleció. Seis años, una gran aventura y un sinfín de recuerdos después — siguen eligiéndose el uno al otro, cada día. Y ahora, están eligiendo el “para siempre”.