Ale and Luis Mi first met each other during their time in their folkloric dance group Horizontes Mexicanos. But as often happens, life led them on separate paths. Years later, on a hot summer July day, Ale’s friend Diana A. insisted for them to come out and enjoy the festivities at Wicker Park Fest. Ale, very reluctantly, agreed to join for what she assumed was just going to be another casual outing. Meanwhile, Luis Mi was at his apartment in Pilsen, trying to rally his own friends for a trip to Wicker Park Fest. Naturally, the plan was driven by the hope of having some good drinks and a good time. As fate would have it, Ale and Diana were walking down Milwaukee Avenue, with Ale holding a slice of cake from her favorite bakery, when someone who was walking in the opposite direction stopped in-front of her with a casual “heyyy Ale!.” It took Ale a second to recognize Luis Mi with his Cubs hat and beer in hand. They began to chat and before parting ways, exchanged social media details. What started as a simple hello, turned into friendship and slowly into a love story that neither of them could have anticipated, but both embraced with open hearts.
Ale y Luis Mi se conocieron por primera vez durante su tiempo en el grupo de danza folklórica Horizontes Mexicanos. Pero, como suele pasar, la vida los llevó por caminos distintos. Años después, en un caluroso día de julio, la amiga de Ale, Diana A., insistió en que salieran a disfrutar de las festividades en Wicker Park Fest. Ale, con algo de duda, aceptó unirse, pensando que sería solo otra salida casual. Mientras tanto, Luis Mi estaba en su departamento en Pilsen, tratando de convencer a sus amigos de ir al Wicker Park Fest. Como era de esperarse, la idea estaba motivada por la esperanza de disfrutar unas buenas bebidas y pasar un buen rato. El destino quiso que Ale y Diana caminaran por la avenida Milwaukee, con Ale sosteniendo un pedazo de pastel de su panadería favorita, cuando alguien que venía en dirección contraria se detuvo frente a ella con un casual: “¡Heeyyy, Ale!”. Ale tardó un segundo en reconocer a Luis Mi, con su gorra de los Cubs y una cerveza en la mano. Se pusieron a platicar y, antes de despedirse, intercambiaron sus redes sociales. Lo que comenzó como un simple saludo se convirtió en una amistad y, poco a poco, en una historia de amor que ninguno de los dos esperaba, pero que ambos recibieron con el corazón abierto.