Nos conocimos en un cumpleaños sorpresa que mami organizó para mi. Y fue una sorpresa de verdad porque me lo celebró un mes después de mi cumpleaños. Yo visitaba la isla cada diciembre para mis acostumbradas vacaciones y mi tan deseado escape de la nieve y el clima frío de Nueva Jersey. Mami organizó la fiesta sorpresa en las navidades del 2014 invitando varias amistades y familiares. Entre ellos no podía faltar mi amiga Ericka y ella no queriendo dar el viaje sola hasta a Hatillo invitó un amigo, Luis. Fue así como conocí a quien dos años más tarde se convertiría en el amor de mi vida y muy pronto en mi esposo. En ese momento ninguno de los dos podíamos imaginar que mas adelante nuestros caminos se volverían a cruzar para dar paso a una verdadera historia de amor.
El verano del 2018 estuvo marcado por varios acontecimientos. Empezando con mi tan esperada graduación de PhD y seguido por la sorpresa de nuevas oportunidades en el ámbito profesional tanto para Luis como para mi. Mi regalo de graduación fue un viaje a Cancún, Mexico. Fue allí que Luis se armo de valor para hacer la pregunta. Ese día fuimos al Parque ecológico Xcaret. Este pasó a ser uno de mis lugares favorito, no solo por su belleza natural y paisajes, si no porque allí cambió el curso de nuestras vidas. Ya en el parque fuimos a uno de los ríos subterráneos, y mientras yo estaba cautivada por la hermosa naturaleza del lugar, Luis iba sacando de entre el velcro de su gorra la sortija con la comprometería. Con poca luz y sin entender aún que aguantaba en sus manos temblorosas, escuché con atención su pequeño discurso de amor, de planes y de un futuro juntos, terminando con un "¿te quieres casar conmigo?" Me tomó un minuto entender lo que estaba pasando pero la emoción no se hizo esperar. Claro que si! Entre una que otra lágrima de felicidad de mi parte y el miedo de Luis de perder el anillo en el río, me puso la sortija y oficialmente estábamos comprometidos. Comenzaba un nuevo capítulo en nuestra historia de amor.