It’s amazing how life has a way of leading us exactly where we’re meant to be—often in the most unexpected ways. Jonathan and I first connected through Facebook Dating, a modern twist on meeting someone new. But from the start, it felt like more than just another online match. We quickly discovered how much we had in common—our shared interests, our values, and most importantly, our faith in God. After a few days of heartfelt conversations online, we knew we wanted to take the next step. So we planned our first meeting at a place that already held meaning for both of us: the parking lot of Grace Church. Under an open sky, a little nervous but full of hope, we met for the first time. That simple, genuine moment marked the beginning of something truly special. From that day forward, our bond only grew stronger. We didn’t just find love—we found a partner to grow with spiritually. Grace Church became more than just the place we met; it became our home of worship, a space where our relationship with each other and with God could deepen side by side. What began as a simple online chat blossomed into a relationship rooted in faith, joy, laughter, prayer, and unwavering support. We believe God’s timing was perfect, and that He brought us together with purpose. As we continue walking this journey together, we do so hand in hand, trusting God to lead us every step of the way—with love, faith, and grace as our guide.

Es increíble cómo la vida nos lleva justo a donde debemos estar, muchas veces de maneras que no esperamos. Jonathan y yo nos conocimos en Facebook Dating, una forma moderna de conocer a alguien. Pero desde el principio, sentimos que era algo especial. Pronto nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común: nuestros gustos, nuestros valores y, lo más importante, nuestra fe en Dios. Después de hablar por unos días, decidimos vernos en persona. Elegimos un lugar que ya era especial para los dos: el estacionamiento de Grace Church. Bajo el cielo abierto, un poco nerviosos pero con mucha ilusión, nos conocimos por primera vez. Ese momento sencillo fue el comienzo de algo muy bonito. Desde entonces, nuestra relación se hizo más fuerte. No solo encontramos el amor, también encontramos a alguien con quien crecer en la fe. Grace Church no solo fue el lugar donde nos conocimos, también se convirtió en nuestra iglesia, donde vamos juntos para adorar a Dios. Lo que empezó como una simple charla en línea se convirtió en una relación llena de fe, alegría, risas, oración y apoyo. Creemos que Dios nos unió en el momento perfecto. Y ahora, mientras seguimos este camino juntos, caminamos tomados de la mano, dejando que Dios nos guíe con amor, fe y gracia.