Somos una santandereana y un tolimense. Somos dos amantes del buen café. Somos dos almas en constante crecimiento. Somos dos admiradores de la naturaleza. Por esto queremos invitarlos a una boda que refleje nuestra esencia. We are from Santander and Tolima. We are coffee lovers. We are two souls in the seek of fulfilment. We are two admirers of nature. We are two people who want to invite you to a wedding that delivers our true essence.
Trabajábamos en Decameron, una financiera y un abogado. A pesar de que sabíamos la existencia el uno del otro, no teníamos ningún contacto (así Diego hubiera intendado hablarme por los laditos, "sútil" como él suele ser). Como la empresa decidió cancelar su fiesta de fin de año (favor que nos hicieron), nuestras jefas, amigas entre ellas, decidieron hacer su propia fiesta, y adivinen... Todo comenzó balaindo, porque ¡Nos gustamos! Después de la fiesta vinieron las salidas (cervezas, cine, cenas, bailes, entre otros), echada de perros por aquí, y besitos por allá, pero con la típica aclaración: "nada de esto es en serio". Se podrán imaginar lo que cumplimos con aquella advertencia. Lo cierto es que luego de unos 3 meses decidimos formalizar, y aquí estamos 5 años, 6 meses y 28 días despues ....
Estábamos de viaje por la costa caribe de Colombia, y habíamos llegado ese mismo día a un nuevo destino, Isla Fuerte. Al lugar lo rodea el mar, el bosque de manglar, y una tranquilidad asombrosa. Allí, sentados en un tronco de manglar, tuvimos una de esas conversaciones en las que sientes que hablas de alma a alma. Durante todo el viaje, Diego había tenido el anillo en su bolsillo, esperando a que llegara un momento que él sintiera adecuado para hacer la propuesta. ¡Ese era el momento! Así que metió la mano en su bolsillo para hacer la gran pregunta, pero el anillo no quería salir, estaba envuelto en la tela protectora que lo bloqueaba. Para ponerlos un poco en contexto, a lo largo del viaje Isa le había dicho con insistencia a Diego que ella se había hecho el semi permanente en las uñas. Lo hacía porque Diego decía que cuando una mujer se iba de viaje con su pareja y se arreglaba las uñas, esperaba que le pidieran matrimonio. No es que Isa lo esperara, simplemente le encanta montársela y ver su cara de incomodidad. Cuando Diego por fin logró sacar el anillo de su bolsillo, le preguntó a Isa, ya que ella estaba tan insistente con sus uñas, cómo se imaginaba la propuesta. Ella respondió: arrodillado y con un anillo. Diego siguió esas palabras como una orden, y le preguntó si se quería casar con él. Isa no podía creerlo, realmente fue una sorpresa para ella. Tanto que había molestado a Diego durante el viaje, y resultó que en verdad sí era necesario el semipermanente. Se abrazaron, se rieron, lloraron, se tomaron de las manos, todo en el mismo momento. Pasados varios minutos, Diego le recordó a Isa que no le había dado una respuesta. ¡Lo tenía en ascuas y con el corazón en la mano! Ella lo miró con ternura, y después de una pausa que aumentó el suspenso, le respondió ¡Sí! Long story short: in an island in the caribbean, at the beach, in front of the sunset, on his knees and with a ring.