Nos cruzamos por primera vez cuando teníamos solo 10 años, nuestras familias se reunían y creaban buenos recuerdos de la infancia. La vida nos llevó en diferentes direcciones y perdimos el contacto por un tiempo. Pero Dios nos volvió a unir cuando teníamos 16 años, gracias a uno de los primos de Addy. Todo empezó con una racha de Snapchat. Gino pidió el Snapchat de Addy y esa simple solicitud inicio una serie de conversaciones diarias. Todos los Miércoles, Gino les decía a sus padres que iba a lavar su camioneta. En realidad, fue su inteligente excusa para ver a Addy. Esas citas para lavar la camioneta de los papas de Gino se convirtieron en su preciada rutina. Desde aquellos primeros días, nuestra conexión se hizo más fuerte y desde entonces no hemos mirado atrás. Ahora, estamos más que emocionados de celebrar nuestro amor y unidad, mientras esperamos un futuro juntos, bendecidos y guiados por nuestro Señor Jesucristo. We first crossed paths when we were just 10 years old, our families having get-togethers and creating some fond childhood memories. Life took us in different directions, and we lost touch for a while. But God brought us back together when we were 16, thanks to one of Addy’s cousins. It all started with a Snapchat streak. Gino asked for Addy's Snapchat, and that simple request sparked a series of daily conversations. Every Wednesday, Gino would tell his parents he was going out to wash their truck. In reality, it was his clever excuse to see Addy. Those truck-washing dates became their cherished routine. From those early days, our connection grew stronger, and we haven’t looked back since. Now, we are beyond excited to celebrate our love and unity, as we look forward to a future together, blessed and guided by our Lord Jesus Christ.