Nos conocimos en la iglesia y conectamos rápidamente por nuestras raíces caribeñas y una profunda afinidad espiritual. Para ambos, Dios es el centro de todo, y esa fe compartida fue la base de una amistad que creció con propósito. A lo largo del tiempo, vivimos experiencias espirituales que nos fortalecieron mutuamente, hasta que Dios confirmó que nuestro vínculo tenía un llamado mayor: un matrimonio con propósito para Su reino. Después de meses de oración y búsqueda, sentimos con claridad que Dios nos guiaba hacia ese paso. Reydel habló por primera vez de matrimonio en Galveston, tras una caminata por la playa, compartiendo su proceso espiritual y diciendo: “Sigamos orando y buscando la voluntad de Dios.” Un año después, durante un viaje a Oregon para una boda familiar, visitamos el monte Mount Hood junto al Pastor Daniel y su esposa Mary. Al pie de la montaña, Reydel pidió al pastor que orara por nosotros. Al terminar, se volvió hacia mí y dijo: “Solo tengo una pregunta…” seguido del tan esperado: “¿Quieres casarte conmigo?” Se arrodilló, sacó el anillo y me miró con ternura. Entre lágrimas, respondí que sí. Fue un momento inolvidable. Estamos emocionados por lo que Dios hará a través de nuestro matrimonio, y nos encantará compartir ese día tan especial contigo.