Some love stories start with fireworks. Ours started with an unexpected connection between two people, who some how found their way to each other. She was older. Wiser. And if you had told either of us back then that we’d be here today, with over a decade of love behind us and two beautiful children calling us Mom and Dad—we might have smiled, but we wouldn’t have believed it. Back then, love was simple. It was butterflies, long text conversations, and the excitement of something new. But as the years passed, that love was tested and strengthened by life. We grew up together. We navigated challenges, celebrated victories, and found comfort in each other through all the in-between moments most people don’t see. We built a life—one full of laughter, hard lessons, quiet evenings, loud mornings with the kids, and the kind of love that doesn't ask to be noticed but is felt in everything we do. This isn’t just a wedding. This is the next chapter of a story that’s been unfolding for over ten years—a story that’s seen us through our youth and into parenthood, that’s weathered storms and basked in light, and that continues to grow with every passing day. We are each other’s first love, and now, we’ll be each other’s forever. We’re so grateful to share this day with the people who’ve loved us, cheered us on, and been part of our journey. This celebration isn’t just about us—it’s about every moment that brought us here, and every beautiful one still to come.

Algunas historias de amor comienzan con fuegos artificiales. La nuestra comenzó con una conexión inesperada entre dos personas que, de alguna manera, encontraron el camino hacia el otro. Ella era mayor. Más sabia. Y si nos hubieran dicho entonces que estaríamos aquí hoy, con más de una década de amor detrás de nosotros y dos hermosos hijos que nos llaman mamá y papá, quizás habríamos sonreído, pero no lo habríamos creído. En ese entonces, el amor era simple. Eran mariposas en el estómago, largas conversaciones por mensajes y la emoción de algo nuevo. Pero con el paso de los años, ese amor fue puesto a prueba y fortalecido por la vida. Crecimos juntos. Navegamos desafíos, celebramos victorias y encontramos consuelo el uno en el otro en todos esos momentos intermedios que la mayoría de las personas no ven. Construimos una vida — llena de risas, lecciones difíciles, tardes tranquilas, mañanas ruidosas con los niños, y el tipo de amor que no busca ser notado pero se siente en todo lo que hacemos. Esto no es solo una boda. Es el siguiente capítulo de una historia que ha estado desarrollándose por más de diez años — una historia que nos ha visto crecer desde nuestra juventud hasta la paternidad, que ha resistido tormentas y disfrutado de la luz, y que continúa creciendo con cada día que pasa. Somos el primer amor del otro, y ahora seremos el para siempre del otro. Estamos muy agradecidos de compartir este día con las personas que nos han amado, apoyado y acompañado en nuestro camino. Esta celebración no es solo sobre nosotros — es sobre cada momento que nos trajo hasta aquí, y todos los hermosos que aún están por venir.