Como todo lo bueno en la vida, nuestra historia de amor inicia con una buena taza de café. Nos conocimos en una cafetería, gracias a una amiga en común. Nos sentamos a conversar por un momento y cuando finalmente vimos el reloj, las horas habían pasado y el café ya estaba helado. Fue un "click" instantáneo. Hablamos por horas y horas y no hemos parado desde entonces.
El testigo fue un paraíso de nuestra linda Nicaragua, Corn Island. ¿Qué mejor lugar que ese para decir sí? Con el sonido de las olas y bajo un cielo estrellado, Víctor se arrodilló e hizo la tan esperada pregunta: ¿Te casarías conmigo? ¿La respuesta? Un rotundo sí. A donde sea, pero con vos. A toda nuestra familia y amigos: Gracias por ser parte de este nuevo capítulo en nuestra historia. ¡Nos vemos en Granada!