Franz and Carolina’s love story began on a warm spring evening in 2023, when they found themselves in Downtown Pasadena at Edwin Mills by Equator. It was supposed to be just a casual first date, with no expectations beyond the night. Still, Franz asked Carolina for her phone number, thinking there might be a chance for another date. Their second date brought them to the lively Americana in Glendale, where they spent the evening discovering more about each other. What began as a simple conversation quickly turned into something more profound as they bonded over shared interests, including their love for a neat whisky. Laughter filled the night, and as the hours flew by, they realized there was something special growing between them—a deep connection that went beyond the ordinary. Before long, they were inseparable, falling in love not just with each other’s quirks but with each other’s souls. By the spring of 2024, they knew they wanted to spend the rest of their lives together. Their love had blossomed into something beautiful and lasting. On a magical August evening, during their first trip to Europe, they found themselves standing hand in hand on the pier in Amalfi, Italy. With the waves gently crashing against the shore and the moon shining bright above, Franz got down on one knee and asked Carolina to marry him. Filled with excitement and love, she said, "Absolutely!" And in that moment, their journey together took a new, thrilling turn—toward forever.

La historia de amor de Franz y Carolina comenzó en una cálida tarde de primavera en 2023, cuando se encontraron en el centro de Pasadena, en Edwin Mills by Equator. Se suponía que sería solo una cita casual, sin expectativas más allá de esa noche. Sin embargo, Franz le pidió a Carolina su número de teléfono, pensando que tal vez habría una oportunidad para otra cita. Su segunda cita los llevó al vibrante Americana en Glendale, donde pasaron la noche descubriendo más el uno del otro. Lo que empezó como una conversación sencilla, rápidamente se convirtió en algo más profundo, mientras compartían intereses en común, incluida su pasión por un buen whisky. Las risas llenaron la noche, y a medida que las horas pasaban volando, se dieron cuenta de que algo especial estaba surgiendo entre ellos, una conexión profunda que iba más allá de lo ordinario. En poco tiempo, se volvieron inseparables, enamorándose no solo de las peculiaridades del otro, sino de sus almas. Para la primavera de 2024, sabían que querían pasar el resto de sus vidas juntos. Su amor había florecido en algo hermoso y duradero. En una mágica noche de agosto, durante su primer viaje a Europa, se encontraron de la mano en el muelle de Amalfi, Italia. Con las olas rompiendo suavemente contra la orilla y la luna brillando sobre ellos, Franz se arrodilló y le pidió a Carolina que se casara con él. Llena de emoción y amor, ella respondió: "¡Por supuesto!" Y en ese momento, su viaje juntos tomó un nuevo y emocionante rumbo: hacia el para siempre.