We met online. There, we said it. After a week of charming each other online, on Wednesday May 6, 2015, we met at the Fremont brewery, in Seattle. We had a few laughs, and decided to do what people who meet online usually do: we went for dinner. It was getting late, and we had to go, but not before Roberto asked Andy for a second date. The Neil Diamond concert tickets that Roberto's uncle Israel had generously given to him as a gift, would come in handy. Unbeknownst to Andy, who took this a joke, this was Roberto's childhood dream come true. Andy nervously accepted the invitation, not knowing what to expect. On Saturday, the day before the concert, there was a text message misunderstanding where Roberto felt like Andy was trying to get out of seeing each other that night. While this was not Andy's intention, this earned him a concert invitation revocation. Roberto invited his friend Paras instead, but Paras had bigger plans. Andy felt terrible, and Roberto couldn't find a friend to go with him on such short notice. It was destiny. So, with his tale between his legs, Roberto reinvitated Andy, and off we were to see Neil Diamond. During the concert, Roberto did not hold back, and was not afraid to show his ear-piercing singing abilities, how to Mexican-dance to some good old American soft rock, and in general, his true personality. Andy was truly taken aback, and we both had a great time. Five weeks later, Roberto left for a summer internship in California. During this time, Andy and Roberto facetimed every day, and Andy came to visit twice. The second time, Andy stayed for a week and we both took a few road trips in the area. This was the perfect way to get to know each other better, and upon our return to Seattle, we made it official. Little did we know that this was the most exciting adventure we would embark on so far. Roberto and Andy, sitting in the tree, k-i-s-s-i-n-g, first comes love, then comes marriage, and we're running out of charact

Nos conocimos en internet. Así, sin pena. Después de una semana tratando de dar buenas impresiones por internet, el miércoles 6 de mayo de 2015, nos conocimos en la cervecería Fremont en Seattle. Nos la pasamos muy bien y después de un rato de risas, decidimos ir a cenar. Se empezaba a hacer tarde y nos teníamos que ir, pero no sin que antes Roberto invitara a Andy en una segunda cita. Los boletos para el concierto de Neil Diamond que Israel, tío de Roberto, le había regalado, sería una muy buena oportunidad para una segunda cita. Andy no lo sabía ni lo sospechaba, ya que incluso al principio lo tomó como una broma, pero este concierto era un sueño de Roberto desde que era chiquito. Andy nerviosamente aceptó la invitación sin saber que esperar. El sábado, el día antes del concierto, hubo un malentendido por mensaje de texto donde Roberto sintió que Andy estaba tratando de zafarse de verse esa noche. Aunque esa no era la intención de Andy, eso le ganó una revocación de la invitación al concierto. Andy se sentía terrible, y Roberto no podía encontrar con quien ir al concierto con tan poco tiempo de anticipación. Era el destino. Con la cola entre las patas, Roberto re-invitó a Andy al concierto y se fueron a ver a Neil Diamond. Durante el concierto Roberto mostró sus cantos desafinados, cómo bailar soft rock Americano a la mexicana y, en general, su verdadera personalidad. A Andy lo tomó por sorpresa y los dos se la pasaron increíble. Cinco semanas después, Roberto se fue por tres meses a California para hacer sus prácticas profesionales. Durante este tiempo, Andy y Roberto hablaban por FaceTime todos los días, y Andy fue a visitarlo dos veces. La segunda vez, Andy se quedó por una semana y juntos hicimos pequeños viajes alrededor de California. Esta fue la manera perfecta de seguir conociéndonos mejor, y cuando regresamos a Seattle lo hicimos oficial. Nunca nos imaginamos que esta sería la aventura más increíble en la que nos embarcaríamos los dos.