Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir♪ Nos vimos por primera vez una noche en Guadalajara. Éramos dos completos desconocidos que entre tantas personas nos percatamos de la presencia del uno y del otro. Coincidimos por segunda vez, dos días después, un sábado en un bar de Guadalajara. Platicamos, compartimos risas y coqueteamos. Cuando concluyó la noche nos despedimos sabiendo que era el inicio de algo extraordinario. ¿Coincidencia? ¡Ninguno de los dos lo creyó así! Desde ese momento supimos que nuestras almas se habían encontrado y reconocido, y que era el comienzo de nuestra historia juntos. ∞