Nos conocemos prácticamente de toda la vida, pues cuando eso pasó, éramos tan solo unos pequeños niños de primaria. Los años pasaron y al llegar a la Universidad, Lyda le pidió a Abadín asesorías de la materia de contabilidad porque "no le entendía"... lo demás es historia.
Fuimos a pasar fin de año a San Antonio y con el pretexto de tener algunas fotografías navideñas, acudimos a una sesión de fotos. Después de muchas tomas y de algunas poses extrañas, nos pidieron ponernos de espaldas, fue cuando volteamos frente a frente que sucedió la propuesta y sin dudarlo, nos comprometimos. Ha sido un camino increíble y estamos muy felices de poderlo compartir con la gente que nos quiere.