September 26, 2025

Fate has a funny way of bringing people together, and for us, it all started when Luigina’s company transferred her from Mexico to Chicago. Just a week after her arrival, she matched with Doug on a dating app, and their connection was instant. The moment Doug mentioned he was good with carpentry, Luigina didn’t hesitate to give him her number—clearly, she had her priorities straight. Their first date was set at a cozy speakeasy in Wicker Park, but true to her style, Luigina showed up 20 minutes late, leaving Doug freezing on a cold February night in Chicago. Despite the frosty start (literally), once they finally sat down together, the conversation flowed effortlessly. Their shared love of food brought them even closer, and it was their mutual appreciation for old fashioneds, biscuits and gravy, and chicken and waffles that truly sealed the deal. From that night on, their journey together became an adventure filled with incredible meals, concerts, bike rides, snowboarding trips, and travel—including Doug’s first visit to Mexico and Luigina’s newfound love for Korean cuisine. As two years passed, their lives intertwined in the most beautiful way. They’ve blended their cultures, traditions, and passions, creating a life that is uniquely theirs. What they cherish most about their relationship is how they complement each other—not as two halves of a whole, but as individuals who uplift, challenge, and inspire one another. Now, they can’t wait to embark on this next chapter together as husband and wife, continuing to grow, laugh, and explore the world—one bite, one adventure, and one unforgettable moment at a time. CÓMO NOS CONOCIMOS El destino tiene formas muy curiosas de juntar a las personas, y en nuestro caso, todo comenzó cuando la empresa de Luigina la transfirió de México a Chicago. Apenas una semana después de haber llegado, hizo match con Doug en una app de citas, y la conexión fue inmediata. En cuanto Doug dijo que le sabía a la carpintería, Luigina no dudó en pasarle su número—tenía muy claras sus prioridades. La primera cita fue en un bar tipo speakeasy muy acogedor en Wicker Park, pero siendo fiel a su estilo, Luigina llegó 20 minutos tarde, dejando a Doug congelándose de frío en una noche fría de febrero en Chicago. A pesar del arranque helado (literalmente), en cuanto se sentaron a platicar, todo fluyó súper natural. Los unió su amor por la comida, y fue su gusto mutuo por los old fashioned, los biscuits and gravy y el chicken and waffles lo que terminó de cerrar el trato. Desde esa noche, su historia juntos ha sido una aventura llena de comidas deliciosas, conciertos increíbles, paseos en bici, viajes para hacer snowboard y escapadas—incluido la primera visita de Doug en México y el nuevo amor de Luigina por la comida coreana. Con el paso de dos años, sus vidas se entrelazaron de la manera más hermosa. Han fusionado sus culturas, tradiciones y pasiones, creando una vida que es únicamente suya. Lo que más les gusta de su relación es cómo se complementan—no como “medias naranjas”, sino como dos personas que se apoyan, se retan y se inspiran mutuamente. Y ahora, están súper emocionados de comenzar esta nueva etapa como esposos, listos para seguir creciendo, riéndose juntos y explorando el mundo—una comida, una aventura y un momento inolvidable a la vez.