Quién diría que alguien de la mitad del mundo se encontrara con su otra mitad a miles de kilómetros de casa. Conocí a Josh mientras iniciaba mi primer semestre en el Seminario Bíblico Río Grande en Texas, USA. Los dos en un país extranjero, los dos lejos de casa. Mi plan en ese entonces era dedicar a Dios un año para aprender más de Él, nada de distracciones, nada de chicos. Josh se fue metiendo poco a poco en mi vida y cuando menos me di cuenta ya se había convertido en alguien muy especial para mí. Yo seguía con mi plan en mente, así que hice que el tiempo de conquista fuera complicado. Por otra parte, Josh era muy astuto y siempre trataba de encontrar maneras para captar mi atención y enamorarme con simples detalles. Meses después de haber convivido personalmente con Josh llegó el suceso que nos cambió la vida a todos: Covid. La escuela nos dio la oportunidad de terminar el semestre fuera del plantel así que Josh fue a Missouri y yo regresé a México. Nos dejamos de ver por alrededor de nueve meses y medio. Durante ese tiempo hablábamos mucho por llamadas y mensajes, pero en septiembre del mismo año todo se complicó y paramos la comunicación hasta volvernos a ver en enero del 2021. Josh siempre fue claro con sus intenciones, él no estaba jugando y buscaba en mí cualidades de esposa. Yo por mi parte, tenía miedo de aceptarlo en mi vida porque aún no sabía si él era o no el indicado. Después de un tiempo difícil en la escuela viéndonos de lejos y no hablar, Dios puso inquietud en mi corazón por Josh. Cuando lo veía deseaba estar cerca de él, cuando me pasaba algo importante quería correr a contarle y cuando lo veía haciendo música quería ser yo la que siempre estuviera a su lado cantando y tocando junto a él. Josh era diferente a todos los chicos que conocía, él es honesto, de buenas intenciones, un gran amigo, un chico sabio y temeroso de Dios, es atento, caballeroso, protector, generoso, talentoso musicalmente y con un buen sentido del humor, eso y mucho más fue lo que me atrajo aún más a él. En febrero del 2021 di uno de los "si" que más fe ha tenido y desde ese día el Señor se ha encargado de unir cada día más nuestras vidas y guiarnos a la gran aventura del matrimonio. - Keren
Cuando Josh y yo estuvimos seguros que nuestra relación estaba aprobada por Dios y nuestros papás, decidimos formalizar la relación. El 18 mayo del 2021 Josh, con un anillo de promesa, me preguntó si quería ser su novia. Ustedes ya saben la respuesta...
Jueves 26 de mayo, un día que no olvidaremos. Temprano en la mañana Josh y yo fuimos de visita a National Harbor en Maryland. Tuvimos un lindo día conociendo la ciudad. En la noche nos habían invitado a una cena de parejas en la casa de unos amigos en Virginia. La cena era formal así que Josh y yo nos vestimos para la ocasión y fuimos a la cena. Mientras platicábamos la anfitriona dijo que íbamos a jugar un juego en donde las mujeres tenían que vendarse los ojos. A ciegas nos guiaron al patio trasero donde Josh me esperaba en una rodilla con un hermoso anillo de compromiso. Me quitaron la venda de los ojos y cuando me di la vuelta vi a Josh rodeado de lindas luces, una fogata, una linda decoración y nuestros amigos grabando con sus cámaras. De la emoción no recuerdo las palabras de Josh, solo recuerdo que bromeé diciéndole que no, pero después le dije que si. La noche terminó con una rica cena para dos en medio del bosque donde di el segundo "si", y aún más lleno de fe. -Keren