¿Quién podría imaginar que el amor verdadero comenzaría en el colegio? Ella tenía 12 años y él 13. La primera vez que se cruzaron fue durante el recreo. Junior era el nuevo del colegio, y Daisy no pudo evitar fijarse en él: con su cabello largo y esos ojos grandes que lo hacían tan especial. En ese momento, Daisy no sabía que él sería el amor de su vida, pero sí tuvo claro que quería pasar sus días a su lado. Por su parte, Junior lo tuvo aún más claro: se enamoró de Daisy desde el primer instante en que la vio. Para él, ella era como un sueño, y supo que sería la mujer correcta para compartir su vida. Claro, en ese entonces era solo un amor de niños. La vida, con su manera de mezclar los caminos, los separó por tres años. Cada uno siguió su rumbo, pero el destino tenía otros planes. Tres años después, sus caminos se volvieron a cruzar, como si el universo los hubiera estado guardando el uno para el otro. Desde entonces, han compartido una historia llena de altos y bajos, como cualquier historia de amor. Pero cada desafío los ha fortalecido, y hoy están más unidos que nunca, listos para caminar juntos hacia el "para siempre" que soñaron desde aquella primera mirada en el colegio.
Todo comenzó con la idea de un Eurotrip, ese viaje que soñaban desde hace tiempo. La ruta era perfecta: Madrid, Barcelona, Londres, París, Roma y Milán. Hicieron maletas, organizaron itinerarios y reservaron todo con cuidado. Pero lo que Daisy no sabía era que este no sería solo un viaje cualquiera; Junior había estado planeando en secreto un momento que cambiaría sus vidas para siempre. Meses antes, Junior había iniciado los preparativos para una propuesta inolvidable. Con amor y respeto, pidió permiso a los padres de Daisy, buscando el detalle perfecto para ese momento tan especial. Encontró el anillo ideal: el primer anillo que el papá de Daisy le regaló a su mamá. Sabía que ese gesto tendría un significado único y profundo. El viaje comenzó lleno de emoción y aventuras. Pasaron por Madrid, Barcelona y Londres, y Daisy no sospechaba absolutamente nada. Finalmente, llegaron a París, el destino que Junior había elegido con tanto cuidado. Sabía que desde niña Daisy soñaba con que le propusieran matrimonio en la Ciudad del Amor, y él quería hacer ese sueño realidad. El 7 de diciembre, París estaba más fría de lo habitual, pero ni el clima pudo detenerlos. Aunque se levantaron tarde y el itinerario quedó a medias, siguieron explorando la ciudad con entusiasmo. Ese día tenían programada una sesión de fotos, algo que parecía simplemente una actividad romántica para el recuerdo. Durante la sesión, el fotógrafo pidió a Daisy que se diera la vuelta para tomarle una foto de espaldas, mirando hacia la Torre Eiffel. Sin imaginar lo que estaba por suceder. Cuando el fotógrafo le indicó que se volteara, ahí estaba Junior, de rodillas, con el anillo en la mano y una mirada llena de amor. “Mi princesa, ¿quieres casarte conmigo y estar siempre juntos?” le dijo. Daisy, entre lágrimas de emoción, no pudo contenerse y respondió el "sí" más importante de su vida. En ese instante, bajo las luces de París y con la Torre Eiffel como testigo, cumplieron una promesa que marcará el inicio de su historia eterna. No hay medida suficiente para el amor tan puro que comparten, pero están listos para comenzar su "para siempre" juntos.