Some love stories start with a spark, others with a chance encounter, but ours started in the most unexpected way, with a little teasing at the age of four. It was a typical day at our congregation meeting when Jocelyne and her family first walked into the hall. When they first met instead of instant friendship, a spirited rivalry was born. Let’s just say, the idea of sharing crayons and snack time didn’t exactly win us over at first! As the years passed, something remarkable happened. Those playful jabs turned into thoughtful conversations, and what started as childhood antics grew into a meaningful friendship. We discovered each other’s quirks, laughed over shared memories, and supported one another through life’s ups and downs. Jacob began to notice Jocelyne’s kindness and determination, while Jocelyne admired Jacob’s humor and love for Jehovah. Slowly but surely, a friendship blossomed into something more. Today, as we prepare for the big day, we look back on our journey with so much gratitude. From four-year-olds who couldn’t imagine a world where they’d get along, to partners ready to take on life together, our story is a testament to love that grows with time. We’re so excited to celebrate the next chapter of our adventure with all of you! Algunas historias de amor comienzan con una chispa, otras con un encuentro casual, pero la nuestra comenzó de la manera más inesperada, con un poco de bromas a la edad de cuatro años. Era un día típico en nuestra reunión de la congregación cuando Jocelyne y su familia entraron por primera vez al salón. Cuando nos conocimos, en lugar de una amistad instantánea, nació una animada rivalidad. ¡Digamos que la idea de compartir crayones a la hora de merienda no nos convenció mucho al principio! Con el paso de los años, sucedió algo extraordinario. Esas bromas juguetonas se convirtieron en conversaciones reflexivas, y lo que comenzó como travesuras infantiles creció hasta convertirse en una amistad significativa. Descubrimos las peculiaridades del otro, nos reímos de recuerdos compartidos y nos apoyamos mutuamente en los altibajos de la vida. Jacob comenzó a notar la amabilidad y determinación de Jocelyne, mientras que Jocelyne admiraba el humor de Jacob y su amor por Jehová. Poco a poco, una amistad floreció en algo más. Hoy, mientras nos preparamos para el gran día, miramos atrás en nuestro viaje con mucha gratitud. De ser niños de cuatro años que no podían imaginar un mundo en el que se llevarían bien, a ser compañeros listos para enfrentar la vida juntos, nuestra historia es un testimonio del amor que crece con el tiempo. ¡Estamos muy emocionados de celebrar el próximo capítulo de nuestra aventura con todos ustedes!