It was an ordinary day at North Park Mall, and I was working off-duty. Jasmine, with her cute braids and glasses, sat in the break room during her lunch break. Little did I know that this seemingly mundane moment would change our lives forever. I decided to strike up a conversation, and we talked about everything. Somehow, I managed to get her number by mentioning a new program at school. As the days turned into weeks, Jasmine and I discovered shared interests that went beyond our initial conversation. However our love story was not always perfect. The differences in our cultures/religion became a difficult hurdle to pass. Many times our hopes and dreams were let down of being together, but by centering God in our relationship our worries dissolved. Our relationship blossomed, and soon we were inseparable. We came to the realization that our cultures are uniquely beautiful and more similar than we thought! I mean, who doesn't love garlic naan with butter chicken and some tacos al pastor?! Fast forward three years later her 23rd birthday approached. I blindfolded her and drove her in circles, pretending we were headed to Dallas. But the real destination was her own backyard. As I removed the blindfold, she gasped, teared and was in awe. I knelt and asked her to marry me. She said yes, and our love story began anew. Who would have thought that a break room chat would lead to this incredible journey? Now comes the moment that we have all been waiting for—planning our wedding! Our love story is proof that sometimes, the most unexpected encounters become the biggest blessings. Praise God for bringing us together!

Fue un día común en el North Park Mall, y yo estaba trabajando fuera de servicio. Jasmine, con sus trenzas adorables y sus gafas, estaba sentada en la sala de descanso durante su almuerzo. Poco sabía yo que este momento cambiaría nuestras vidas para siempre. Decidí entablar una conversación, y hablamos de todo. De alguna manera, logré conseguir su número mencionando un nuevo programa en la escuela. Con el paso de los días, Jasmine y yo descubrimos intereses compartidos que iban más allá de nuestra conversación inicial. Sin embargo, nuestra historia de amor no siempre fue perfecta. Las diferencias en nuestras culturas y religiones se convirtieron en un obstáculo difícil de superar. Muchas veces, nuestras esperanzas y sueños por estar juntos se vieron frustrados, pero al centrar a Dios en nuestra relación, nuestras preocupaciones se disiparon. Nuestra relación floreció y pronto fuimos inseparables. Nos dimos cuenta de que nuestras culturas son únicamente hermosas y más similares de lo que pensábamos. Quiero decir, a quién no le gusta el garlic naan con pollo al curry y unos tacos al pastor?! Avancemos tres años después, cuando se acercaba su cumpleaños. La vendé con los ojos y la llevé en círculos, haciéndole creer que nos dirigíamos a Dallas. Pero el verdadero destino era su propio patio trasero. Al quitarle la venda, ella quedó asombrada, con lágrimas en los ojos. Me arrodillé y le pedí que se casara conmigo. Ella dijo que sí, y nuestra historia de amor comenzó de nuevo. Quién hubiera pensado que una charla en la sala de descanso nos llevaría a este increíble viaje? Ahora llega el momento que todos estábamos esperando: planificar nuestra boda! Nuestra historia de amor es prueba de que a veces, los encuentros más inesperados se convierten en las mayores bendiciones. Alabado sea Dios por habernos unido!