Loading
Loading
Loading
Loading
Loading
Loading
September 18, 2025
Soddy-Daisy, TN

Hollie & Andres

    Home
    Schedule
Hero Image 1Hero Image 2
palmpalm

Andres Cabreja

and

Hollie Petty

September 18, 2025

Soddy-Daisy, TN
71 days71 d16 hours16 h23 minutes23 min33 seconds33 s

Hollies Version of Our Love Story

I first heard about Andres during a car ride with Natalie while venting about issues with my then-boyfriend. A spark lit in her eyes as she mentioned Andres, saying he was cute and would treat me right. She even showed me pictures and joked about us having the cutest bilingual babies. I laughed it off, not knowing what fate had in store. Things started to unfold when Natalie invited Andres to join us for ice cream at the mall. He happily drove over, and during our meetup, we discovered a shared passion for nursing. I was studying at UTC, and Andres was planning to pursue his bachelor’s there. We connected instantly, exchanged numbers for school resources, and went our separate ways until he later Snapchatted me, suggesting we study together at Starbucks. Study sessions became a weekly ritual, and by the second or third session, I realized I had deep feelings for him. Everything shifted after a wine night with Natalie and Andres, where the chemistry we’d been building became undeniable. From that moment, we knew we had something special. One of the most memorable days was when we closed on our house. After a night shift, I thought we were just doing a walkthrough. To my surprise, Andres had transformed our future bedroom into a romantic proposal setting with roses and a floral arch. It was in our soon-to-be home that he asked me to be his forever. We’ve shared so many favorite moments, from fishing trips where he patiently untangled my line or slipped in the mud, to him supporting me through tough days at work. Andres always knows how to lift me up, whether by holding me through tears or making me laugh like no one else can.

Andres Version of Our Love Story

I first heard about Hollie during class breaks and study sessions with Natalie, who would often say, "You have to meet her—you two would look so good together and make cute mixed babies!" Her enthusiasm sparked my curiosity, and I became intrigued by the girl she spoke so highly of. Our first meeting was at a Korean ice cream spot, thanks to Natalie’s invitation. Hollie left a strong impression—she was sweet, pretty, and smart. Since she had a boyfriend, I kept my interest to myself, but I managed to exchange numbers with her for some school notes I needed for an upcoming class. From the start, I noticed how smart, determined, and welcoming she was. Our regular study sessions deepened my admiration for her, and about a week before I asked her to be my girlfriend, I realized she was all I could think about. During a tough time in my life, she made me feel safe and at home in a way no one else ever had. When I decided to propose, I wanted it to be meaningful. I asked her dad for his blessing three months earlier and bought the ring soon after. When Hollie got serious about buying a house, I saw the perfect opportunity. Proposing on the day we closed on our home felt symbolic of a new chapter. I planned the proposal in what would soon be our bedroom, making it intimate and special. The day of the proposal, I was excited but incredibly nervous. When the closing time got moved up, I panicked but managed to pull everything together. As I read her the letter I’d written, I was shaking to my knees. Hollie was completely surprised, thinking it was just a celebration for our house. But the moment I grabbed her hand, she knew. Some of my favorite memories with Hollie include our wine night with Natalie when I first kissed her forehead, the time she caught a five-pound catfish and I made her hold it, and when she comforted me during a difficult moment, holding me like no one ever had. I also cherish the time we went mountain biking and she left her bike in frustration, and when we worked on the front garden of our house together. These memories are just a glimpse of the many reasons I love her.

La Versión de Hollie de Nuestra Historia de Amor

Escuché por primera vez sobre Andrés durante un paseo en auto con Natalie, mientras le contaba mis problemas con mi entonces novio. Una chispa apareció en sus ojos cuando mencionó a Andrés, diciendo que era guapo y que me trataría como merecía. Incluso me mostró fotos y bromeó diciendo que tendríamos los bebés bilingües más lindos. Me reí, sin imaginar lo que el destino tenía preparado para mí. Las cosas comenzaron a desarrollarse cuando Natalie invitó a Andrés a unirse a nosotras para tomar un helado en el centro comercial. Él aceptó con entusiasmo, y durante nuestro encuentro, descubrimos que compartíamos una pasión por la enfermería. Yo estudiaba en UTC y Andrés planeaba obtener su licenciatura allí. Conectamos al instante, intercambiamos números para recursos escolares y seguimos caminos separados, hasta que, más tarde, me envió un mensaje por Snapchat sugiriendo que estudiáramos juntos en Starbucks. Las sesiones de estudio se convirtieron en un ritual semanal, y para la segunda o tercera sesión, me di cuenta de que sentía algo profundo por él. Todo cambió después de una noche de vino con Natalie y Andrés, donde la química que habíamos estado construyendo se volvió innegable. Desde ese momento, supimos que teníamos algo especial. Uno de los días más memorables fue cuando cerramos la compra de nuestra casa. Después de un turno de noche, pensé que solo íbamos a hacer un recorrido. Para mi sorpresa, Andrés había transformado nuestro futuro dormitorio en un escenario romántico con rosas y un arco floral. Fue en lo que pronto sería nuestro hogar donde me pidió que fuera su compañera para siempre. Hemos compartido tantos momentos favoritos, desde viajes de pesca en los que pacientemente desenredaba mi línea o se resbalaba en el barro, hasta apoyarme en días difíciles en el trabajo. Andrés siempre sabe cómo levantarme el ánimo, ya sea abrazándome cuando lloro o haciéndome reír como nadie más puede.

Versión de Andrés de Nuestra Historia de Amor

Escuché por primera vez sobre Hollie durante los descansos de clase y sesiones de estudio con Natalie, quien a menudo decía: "Tienes que conocerla, ustedes dos se verían increíbles juntos y tendrían los bebés mestizos más lindos". Su entusiasmo despertó mi curiosidad, y comencé a interesarme por la chica de la que hablaba con tanto cariño. Nuestro primer encuentro fue en una heladería coreana, gracias a la invitación de Natalie. Hollie dejó una gran impresión en mí: era dulce, bonita e inteligente. Como tenía novio en ese momento, mantuve mis sentimientos para mí, pero logré intercambiar números con ella para unos apuntes que necesitaba para una clase futura. Desde el principio, noté lo inteligente, decidida y acogedora que era. Nuestras sesiones de estudio regulares profundizaron mi admiración por ella, y aproximadamente una semana antes de pedirle que fuera mi novia, me di cuenta de que no podía dejar de pensar en ella. Durante un momento difícil de mi vida, Hollie me hizo sentir seguro y en casa como nadie más lo había hecho. Cuando decidí proponerle matrimonio, quería que fuera algo significativo. Pedí la bendición de su papá tres meses antes y compré el anillo poco después. Cuando Hollie se tomó en serio la idea de comprar una casa, vi la oportunidad perfecta. Proponerle el día que cerráramos la compra de nuestro hogar simbolizaba un nuevo capítulo. Planeé la propuesta en lo que sería nuestro dormitorio, haciéndola íntima y especial. El día de la propuesta, estaba emocionado pero increíblemente nervioso. Cuando adelantaron la hora del cierre, entré en pánico, pero logré organizar todo. Mientras le leía la carta que había escrito, me temblaban las rodillas. Hollie estaba completamente sorprendida, pensando que solo celebrábamos la compra de nuestra casa. Pero en el momento en que tomé su mano, supo lo que estaba pasando. Algunos de mis recuerdos favoritos con Hollie incluyen nuestra noche de vino con Natalie cuando le di su primer beso en la frente, la vez que atrapó un bagre de cinco libras y la hice sostenerlo, y cuando me consoló en un momento difícil, abrazándome como nunca nadie lo había hecho. También atesoro la vez que fuimos a andar en bicicleta de montaña y, frustrada, dejó su bicicleta en el bosque, y cuando trabajamos juntos en el jardín delantero de nuestra casa. Estos recuerdos son solo una muestra de las muchas razones por las que la amo.

For all the days along the way
About ZolaGuest FAQsOrder statussupport@zola.com1 (408) 657-ZOLA
Start your wedding website© 2025 Zola, Inc. All rights reserved. Accessibility / Privacy / Terms