Ellen y Emmanuel reservaron un crucero en el río Sena al atardecer durante su visita a París. Sin embargo, no tenían planeado que esa noche sería la noche que Francia levanta la Copa del Mundo. Los fanáticos franceses llenaron las calles de París mientras Ellen y Emmanuel caminaban hacia el crucero entre las banderas y los fuegos artificiales. En el crucero, vieron monumentos históricos junto al coro de borrachines festejando “nous sommes les champion” (somos los campeones). Emmanuel sugirió que fueran al interior del bote donde había un típico Café parisino, y le preguntó la misma pregunta que había estado haciendo por los últimos meses en broma, sin embargo esta vez la pregunta iba acompañada por el anillo de matrimonio de la abuela de Ellen.