Somos buenos amigos y empezamos teniendo lindas conversaciones sobre nuestros intereses, descubriendo que perseguimos objetivos similares. No se limito solamente a una conversación, el ver nuestras acciones, como dejar nuestro hogar por ayudar a otras personas a conocer a nuestro Creador Jehová, ver que no pensábamos solo en nuestro propio beneficio, nos llevo a apreciar las cualidades que cada uno de los dos poseemos. La alegría y la generosidad se fusionan con la paciencia y las ocurrencias, llevándonos a tener recuerdos únicos. Y aunque al principio hubieron dudas, preguntas, procuramos ser sinceros para ver si era lo mejor estar juntos. Estamos felices de haber tomado esa decisión, pues hemos recibido tanto como hemos dado, llevándonos a tener un gran cariño de uno por el otro.