Nuestra historia comenzó cuando teníamos solo 17 años. Éramos dos adolescentes que se conocieron en la escuela, sin imaginar todo lo que la vida tenía preparado para nosotros. Con el tiempo, nuestro amor creció, formamos una familia y construimos un hogar lleno de amor y momentos inolvidables. Pero el camino no siempre fue fácil. Hubo momentos en los que la vida nos llevó por caminos separados, donde tuvimos que estar meses sin vernos debido al trabajo y otras circunstancias. La distancia puso a prueba nuestro amor, pero nunca nuestra conexión. A pesar de los desafíos, siempre encontramos el camino de regreso el uno al otro. Hoy, con 24 y 25 años, miramos atrás y vemos todo lo que hemos superado. Cada desafío, cada lágrima y cada sacrificio nos han traído hasta este momento. Ahora, por fin, vamos a unirnos ante los ojos de Dios, celebrando el amor que nos ha acompañado desde el principio y que, sin duda, seguirá guiando nuestro camino.