Hace 11 años nos conocimos en CCI San Pedro Sula. Un día como cualquier otro, empezamos a hablar y nos dimos cuenta que teníamos un gusto en común: la música. Ambos seguimos la conversación en redes sociales y ahí nació una bonita amistad. Tiempo después, perdimos contacto por unos años. Sin embargo, gracias a la pandemia y a nuestras amigas en común, con quienes jugábamos por llamadas frecuentemente, pudimos conectar nuevamente. Luego Noel empezó a ser más intencional y tuvo la idea de hacer llamadas para jugar solo entre nosotros dos, sin nuestras amigas. Amy, al inicio, no estaba muy convencida de hacer esto, pero con el tiempo accedió a las invitaciones para las llamadas que duraban horas y que empezaron a ser diarias. Fue así como nuestra historia de amor empezó, llevando las cosas en orden como Dios nos manda. Ahora, estamos a las puertas de nuestra gran y nueva aventura como esposos.