Bailey was looking forward to her new adventure in the summer of 2018, taking on college three states away from her hometown. Little did she know, her journey to that small college town was where fate would surprise her. If you ask Bryan, he'll tell you they were lucky enough to be struck by the butterfly effect. But in reality, they were just lucky enough that God was writing their story. From the moment their eyes met across the FHK courtyard, sparks flew. Bailey knew as soon as Bryan approached her that day that he was the one; his Texas drawl just happened to confirm it. They spent that summer night talking, laughing, and learning about each other, both unaware that they were about to embark on a beautiful journey together. As freshman year began, Bailey and Bryan quickly found themselves inseparable. They cheered for their college football team, and filled their days with adventures—exploring the campus, bonding with friends, and late-night study sessions that turned into heart-to-heart conversations. Bailey has loved that Bryan has brought out her adventurous side, encouraging her to do anything she sets her mind to, while he found comfort in her warmth and spontaneity. As seasons and semesters changed, so did their feelings. Their relationship blossomed into a deep and passionate love. Bryan introduced Bailey to Texas traditions, like barbecues and remembering The Alamo, while she shared her California vibes with beach trips and orange picking. Fast forward through plenty of dates, bonfires, and football games, Bailey and Bryan graduated and moved to Dallas, with the world opening up before them. Over the past three years they have not only aquired a kitten, a puppy and a home, but a deeper love and appreciation for each other. Who knew that a small-town girl from California could fall so deeply in love with a tall city boy from Texas? They have easily found a home in each other, proving that sometimes, love is all you need. ------------------------------------------------ Bailey estaba esperando su nueva aventura en el verano de 2018, enfrentándose a la universidad tres estados lejos de su ciudad natal. Poco sabía ella, su viaje a esa pequeña ciudad universitaria era donde el destino la sorprendería. Si le preguntas a Bryan, él te dirá que tuvieron la suerte de ser golpeados por el efecto mariposa. Pero en realidad, tuvieron la suerte de que Dios estaba escribiendo su historian. Desde el momento en que sus ojos se encontraron a través del patio FHK, las chispas volaron. Bailey supo tan pronto como Bryan se acercó a ella ese día que él era el único; su inconveniente de Texas simplemente sucedió para confirmarlo. Pasaron esa noche de verano hablando, riendo y aprendiendo el uno del otro, sin darse cuenta de que estaban a punto de embarcarse en un hermoso viaje juntos. Cuando comenzó el primer año, Bailey y Bryan rápidamente se encontraron inseparables. Animaron a su equipo de fútbol americano universitario, y llenaron sus días de aventuras: Explorando el campus, vinculándose con amigos y sesiones de estudio nocturnas que se convirtieron en conversaciones de corazón a corazón. A Bailey le ha encantado que Bryan haya sacado a relucir su lado aventurero, animándola a hacer cualquier cosa que se proponga, mientras que él encontró consuelo en su calidez y espontaneidad. A medida que las estaciones y los semestres cambiaron, también lo hicieron sus sentimientos. Su relación floreció en un amor profundo y apasionado. Bryan introdujo a Bailey a las tradiciones de Texas, como las barbacoas y el recuerdo del Álamo, mientras compartía sus vibraciones de California con viajes a la playa y la recolección de naranjas. Avanzando rápidamente a través de un montón de fechas, hogueras y juegos de fútbol, Bailey y Bryan se graduaron y se mudaron a Dallas, con el mundo abriéndose antes que ellos. En los últimos tres años no solo han adquirido un gatito, un cachorro y un hogar, sino un amor y aprecio más profundos el uno por el otro.