Nuestra historia de amor comienza como quizás muchas otras. Nos conocimos un sábado cualquiera de octubre 2018, o al menos eso creíamos, pero resultó ser un día que cambiaría nuestras vidas para siempre. En una esquina de Santo Domingo, coincidiendo en un espacio público mientras compartíamos con amigos, nos vimos frente a frente por primera vez. Lo que empezó como una amistad casual pronto se transformó en algo más profundo. Comenzamos a intercambiar mensajes que esperábamos con ilusión, llamadas que se extendían por horas y visitas adornadas por infinitas conversaciones y risas. El tiempo parecía detenerse en esos primeros encuentros, creando un espacio donde solo existíamos nosotros y nuestras historias compartidas. Con el pasar de los días, al notar lo bien que nos sentíamos el uno con el otro y la naturalidad con la que fluía nuestra conexión, decidimos embarcarnos en un viaje de amor, caminando agarrados de la mano con la vista fija en el horizonte. Juntos, en estos casi 7 años, hemos reído hasta quedarnos sin aliento y también hemos secado nuestras lágrimas. Hemos crecido como personas y como profesionales, apoyándonos mutuamente en cada paso del camino. Sobrevivimos una pandemia mundial que, lejos de separarnos, fortaleció nuestro vínculo y nos enseñó a valorar aún más el tiempo juntos. Hemos experimentado cambios, atravesado todo tipo de tempestades, pero como dice aquel sabio refrán: ningún mar en calma ha hecho experto a un marinero. Las turbulencias en nuestro vuelo han sido solo pasajeras, momentos que nos han preparado y fortalecido para el siguiente capítulo de nuestra historia. Ahora, ese viaje nos lleva a desembarcar en el día más importante y feliz de nuestra historia de amor hasta el momento: nuestra boda. Un nuevo comienzo que celebramos con aquellos que han sido testigos y parte de nuestro camino. Estamos emocionados de compartir este momento especial con ustedes, nuestros seres queridos, mientras damos este paso juntos hacia un futuro que construiremos día a día, con el mismo amor que nos unió aquel sábado.