Somos Sebastián y Ana María, ambos nacimos en 1994 pero a 1.091km de distancia del otro. Estamos seguros de que en algún viaje o cruce de vías nos vimos, pero sin reconocernos. Nos imaginamos a dos niños con sus pequeñas mochilas caminando de la mano de sus mamás en algún aeropuerto; o a dos adolescentes en algún sitio turístico tomándose fotos, ambos sin saber que quizás en ese instante estaban a solo metros de la persona que sería el amor de sus vidas. Ahora sí, la parte en la que nos conoceríamos… Daniel Vera (mejor amigo desde los 3 años de Sebastian) vino a vivir a Colombia por trabajo, yo (Sebas) decido venir a visitarlo desde el primer año (2017), repito la visita el segundo año (2018) y acompañándolo a una salida con su equipo de trabajo en el Uber me dice ‘Hay una chica nueva, estoy segurísimo de que te va a encantar’. Llegamos al bar, saludamos y en efecto, me encantó. Logramos salir de fiesta un día después y bailamos casi toda la noche, nada iba a pasar pues ambos teníamos pareja en ese momento, pero sabíamos que conocernos fue algo diferente. Yo (Sebas) seguía viniendo a Bogotá, pero nunca compartimos nuestros contactos o redes del otro y tampoco lográbamos coincidir. Julio 2021, Daniel y Bianca (mejores amigos de la infancia de Sebas) se casan en Cartagena y obviamente Ana y Sebas están invitados (Sebas es el padrino de bodas). Desde el inicio todos nuestros amigos ya nos molestaban, sabían que a cada uno le interesaba el otro, aunque solo nos habíamos visto y tenido contacto una sola vez, y como en aquella salida del 2018, en la boda pasamos bailando toda la noche. La boda se acaba, nos dimos un beso que el aguardiente no me deja recordar (Sebas) y cada uno vuelve a su ciudad. A la semana era el cumpleaños de Bianca, Sebas coge un vuelo y llega a Bogotá, nos volvemos a ver y en esta ocasión ya, sin querer perder más tiempo, nos vemos para celebrar el cumpleaños de nuestra amiga y para confirmarle a esos pequeños con sus mochilas en un aeropuerto y a esos adolescentes que en algún momento se sintieron perdidos, que cuando llega la persona adecuada lo sabríamos y no dejaríamos ir la oportunidad.
Desde el incio Ana María me dijo a mi (Sebas) que era indispensable pedirles la mano a sus papás antes de la propuesta. Con esto en mente en octubre 2022 aprovechamos que viajaba con mis papás a Bogotá para hablar con los papás de Ana María y pedirles la mano de su hija (mientras ella estaba en la oficina). Primer paso, check. Ahora venía la mejor parte, ¿Dónde? ¿DÓNDE? Por suerte cuando las cosas se tienen que dar, todo fluye, hablé con mi hermana que estaba en ese momento viviendo en Dubai y aprovechamos que tendríamos un viaje para allá en marzo para planearlo todo. Lugar y decoraciones, check. Ya en el viaje mi hermana nos avisó que tenía una sorpresa preparada para nosotros, y que teníamos que vestirnos elegantes, suponíamos sería una cena y entre todos se fue planeando la tarde. Tenía a mis papás y hermana de cómplices entonces fue bastante sencillo convencerla de que era una cena normal y de que todo estuviera listo para esa tarde.