Cantar de los Cantares 3:4 "Hallé luego al que ama mi alma" ¡Bienvenidos a nuestro sitio web! Estamos muy emocionados de compartir este viaje tan especial con ustedes. Queremos expresar lo agradecidos que estamos de tener a cada uno de ustedes en nuestras vidas. Su amor y apoyo significan el mundo para nosotros, y no podemos esperar para celebrar nuestra unión rodeados de las personas que más queremos. Al explorar el sitio, encontrarán todos los detalles sobre nuestro gran día, desde el lugar de la boda hasta el programa. Esperamos que esta celebración sea tan alegre y memorable como sea posible para todos. Gracias por ser parte de nuestra historia de amor — ¡no podemos esperar para crear mas hermosos recuerdos juntos!

Érase una vez, en una iglesita acogedora, una niña llegó con su familia. Era alegre, extrovertida y llena de vida. Era nueva en la iglesia, pero ya parecía de casa. Tenía un nombre largo y bonito, pero todos la llamaban por un apodo cariñoso… menos uno. Un niño estudioso con su Biblia en la mano, camisa bien metida y los lápices perfectamente afilados. La notó desde que entro. Curioso (y quizá un poquito interesado), se armó de valor y la llamó por ese apodo que todos usaban. Gran error. Ella se volteó y le dijo: “Tú ni me conoces, no me llames así.” Su cara quedó en modo confundido. Tal vez también un poco asustado. 😂 Pasaron los años. Crecieron. Él se fue a estudiar, pero siempre se mantuvo firme en la fe. Y ella se quedo a estudiar y siguió fiel, con la misma risa que seguía sonando en los pasillos de la iglesia donde creció. Hasta que un sábado cualquiera—durante los anuncios o justo antes —ella vio entrar a alguien. Alto. Guapo. Familiar. ¿Es…? No puede ser… Sí. Era él. El mismo niño al que ella le dijo que no la llamara así. Pero ahora parecía salido de una película romántica. Y así, su corazón dio una vueltecita. Él había vuelto a la iglesia de su infancia. No por las comidas. No por los eventos. Tenía una sola misión. Encontrarla. Hablaron. Rieron. Recordaron aquella vez que ella lo regañó por hablarle llamado por su apodo. Y entre convivencias… se enamoraron. ¿Su misión? Cumplida. Porque ahora… ¡nos vamos a casar! 💍❤️